martes, 16 de agosto de 2011

CAMILA, LA IZQUIERDISTA

LA REVOLUCIONARIA Y BELLA LIDER DE LOS ESTUDIANTES CHILENOS

Camila Vallejo es presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) y se ha convertido en figura de la protesta estudiantil en el país del sur. Junto a sus pares movilizó a 200 mil estudiantes para exigirle al gobierno una reforma educativa que acabe con la desigualdad de oportunidades.














“Mi nombre es Camila Antonia Amaranta Vallejo Dowling y quisiera expresar el orgullo y el desafío que significa para mí encabezar la Federación de Estudiantes más importante de Chile. Es una gran responsabilidad hacerse cargo de 104 años de historia, 104 años de aventuras y desventuras, 104 años de lucha en el seno del movimiento estudiantil”. Así empezaba el discurso que Vallejo pronunció cuando fue elegida en noviembre del 2010 como presidenta de la FECh. Seis meses más tarde estaba lista para muchos más. Su tenacidad y su claridad en las propuestas para una reforma educativa en Chile la catapultaron a un rol protagónico que ha sabido llevar hasta estos últimos días en que las protestas estudiantiles se han vuelto a desatar en su país..

En abril cumplió 23 años y es militante de las Juventudes Comunistas. Se le considera una figura dialogante y menos ideologizada que otros representantes de este partido. Aunque le molestó en un inicio que los periodistas la acecharan por su belleza, hoy aprovecha esa atención para colocar sus demandas. “Es común que desvíen la atención planteando cuestiones superficiales. Objetivamente soy bonita y no tengo problema en decirlo, pero yo no decidí cuál iba a ser mi apariencia. Lo que sí decidí es cuál es mi proyecto político y mi trabajo con la gente”, zanjó cuando le preguntaron si su físico no era un recurso distractivo. El último martes encabezó una marcha de 200 mil personas.

¿Qué piden los estudiantes?


“Mis estudios secundarios los cursé en un pequeño colegio cuyo nombre significa tierra florida; extraña paradoja, ya que en sus patios se respiraba más tierra que flores y en sus salas de madera se acumula el polvo de generaciones de alumnos, que nunca llegarán a ocupar los puestos de poder más importantes de nuestro país”, ha dicho Vallejo sobre su historia personal. Hija de dos ex militantes del Partido Comunista de Chile durante los años setenta, Reinaldo Vallejo y Mariela Dowling, fue educada en una cultura de izquierda.

Por eso cuando en el 2006 Camila entró a estudiar Geografía en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile entabló lazos con estudiantes afines a su pensamiento. Se hizo de una carrera política y hasta hoy no se detiene. Vallejo tiene tal seguridad que cuando algún ministro o analista quiere desarmar sus afirmaciones ella responde sin trastabillar con cifras y datos sobre la educación chilena que desbaratan los ataques.


Hija de la florida

“¿Hasta dónde llegarán las protestas por una reforma educativa total que garantice a todos los chilenos calidad y gratuidad? ¿Quieren perder el año?”, le han preguntado. Vallejo sonríe: “Hasta que el gobierno responda y se decida por una transformación no bajaremos los brazos”. En su país ya la ven como una figura política de la izquierda chilena del futuro.
El tema central del pliego de reclamos de los estudiantes es la gratuidad de la educación pública secundaria y universitaria. A esto se suma la exigencia de otros dirigentes universitarios de instituciones privadas de un mayor control sobre los ingresos de sus casas de estudio. Quieren que dejen de lucrar a costa de ellos. “El sistema actual permite que miles de jóvenes chilenos de clase media y baja se endeuden con créditos con tal de tener acceso a la universidad. Sin embargo, al egresar no encuentran empleo en su especialidad y deben resignarse a trabajar en otros empleos con tal de pagar su deuda”, detalla Vallejo sobre el problema del sector.

El presidente Sebastián Piñera decidió a mediados de julio hacer cambios en su gabinete ministerial. Se fue el ministro de Educación, Joaquín Lavín, y entró Felipe Bulnes, pero no ha hecho mucho. “Los cambios propuestos por el nuevo ministro son apenas un ligero maquillaje que no ha profundizado sobre las demandas de fondo”, dice Camila. Quizás lo que pasan por alto el presidente Piñera y su ministro Bulnes es que no son solo los universitarios quienes no están de acuerdo con la forma de llevar el sistema educativo. Solo un 44% de los chilenos se manifestó a favor del gobierno en esta materia.

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